Son muy pocas las personas que tienen suficiente dinero a mano para comprar una vivienda sin recurrir a la financiación, o al menos sin contemplarla como una opción. Si ya has decidido comprar un inmueble, lo más probable es que necesités una ayuda para financiar tu nuevo hogar.
Es por ello que debés comprobar tus oportunidades de obtener una hipoteca antes de empezar a buscar departamentos o casas.
Una vez hayas que terminado este artículo, tendrás una idea más clara del proceso de financiación y estarás capacitado para evaluar tus opciones y posibilidades.
No importa qué tipo de prestamista o financiamiento usés. Es absolutamente necesario que comencés a prepararte mucho antes de realizar una solicitud de esta naturaleza.
Antes de empezar a buscar inmuebles, necesitás ordenar toda la información de tu crédito. Debés estar seguro de que no existan inexactitudes o datos desactualizados o incorrectos. Si observás algún problema, corregilo inmediatamente, te ahorrarás complicaciones en el futuro.
Cualquier prestamista solicitará conocer cierto tipo de información. Esto incluye: ingresos, años en el ejercicio de tu empleo, si eres un profesional independiente, cuentas bancarias… En resumen, querrá examinar algunos documentos para comprobar si es seguro concederte el préstamo que estás solicitando.
La mayoría de las entidades que conceden préstamos tomarán esta información para introducirla en modelos automatizados que determinarán el tamaño de tu préstamo, intereses y comisiones.
Es buena idea comenzar a recolectar estos documentos incluso antes de buscar opciones de financiamiento. Sería útil que tuvieras muy claro cuáles son tus gastos actuales en el hogar, ya que estos pueden incidir directamente en la cantidad de dinero que obtengás por concepto de hipoteca y el precio máximo del inmueble que te financiarán.
Un error común es pensar que podés permitirte todo lo que tu prestamista considere dejarte. Solo porque estés calificado para una hipoteca de $500,000 dólares no significa que podés pagarla en su totalidad. Tomá en cuenta que el costo de una propiedad asciende mucho más al total del pago mensual de tu préstamo.
Experimentá con diferentes tipos de tasas, pagos iniciales y términos de préstamos —15 años o 30 años, tasa fija o tasa ajustable—. Así podés formarte una idea del monto máximo que podés afrontar.
Una vez tengás lo anterior claro, es tiempo de que pensés en cuál es el financiamiento que mejor se adapta a tus posibilidades. Los tipos de préstamos para financiamiento de inmuebles son muchos. Pensá en ellos como si fueran formas de resolver un problema.
Si sos un comprador primerizo o es tu segunda vivienda, podés elegir lo seguro: un préstamo con una baja cuota inicial, aproximadamente de un 3%. Para optar por este tipo de financiamiento, es imprescindible que tu historial crediticio esté libre de manchas.
Hay préstamos que no requieren de una cuota inicial y financian el 100% del monto de tu vivienda, pero debés tener muchos años de respaldo económico.
Un préstamo para construcción es especialmente útil si construís tu propio hogar o si contrataste a una desarrolladora inmobiliaria. Este tipo de financiamiento suministrará los fondos necesarios para el proyecto que podés pagar en un plazo de 15 a 30 años, según el acuerdo al que llegués.
Pagar por una vivienda es un gran paso y vos necesitás evitar todo tipo de errores. Tené en cuenta estos tres consejos que te harán más fácil el proceso de financiación
Cuando se habla de financiamiento o de préstamos solo se toma en cuenta el costo total del inmueble y de la hipoteca. Es importante que tengás en cuenta los gastos adicionales que genera una propiedad normalmente.
Al mismo tiempo, tu presupuesto debe estar proyectado hacia el futuro. ¿Lo que pagás hoy lo podés pagar dentro de cinco años?
Un error que debés evitar a toda costa. Es importantísimo para tu seguridad económica que no usés todos tus ahorros en iniciales o parte del pago. Hay muchos tipos de financiamiento que podrían suplir tus carencias.
Si no conseguís ninguno que se adapte a tus necesidades, tal vez no sea el momento adecuado para que comprés una casa.
No te quedes con la primera oferta atractiva que consigás. Ni la segunda, ni la tercera. Debés evaluar todas las opciones constantemente y no decidirte por una hasta que estés completamente seguro de que es la mejor para vos. Esto incluye al tipo de financiamiento como a la vivienda que querés adquirir. También evaluá dónde querés comprar, recordá que tu vida estará en el sitio en el que compres esta nueva casa o apartamento.
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